viernes, marzo 17, 2006

¿SOMOS TODOS OTORONGOS?



¿SOMOS TODOS OTORONGOS?

Surge como interrogante en primer lugar porque nuestros representantes en el Congreso lo son.
En segundo lugar porque desesperadamente buscamos entre los candidatos a nuestro congénere (llámese “otorongo”) para que nos gobierne y lanzarlo a Palacio a dirigir la otorongada.
¿Porqué somos otorongos nuevamente?
Porque nuestros congresistas, quienes nos representan, no han hecho mas que encubrirse entre ellos cobijando un tiempo a violadores, arrebatadores de expedientes a autoridades del poder judicial, sobrevaluadores de bibliotecas, coleccionistas de jaguares subvaluados y otros.
Ahora bien; para nuestro alivio y aguzando el olfato, el pueblo ha encontrado a un otorongo entre los candidatos empezando por encubrirle una asonada golpista en Arequipa mientras Montesinos huía hacia el otro lado, violación de derechos humanos en Madre Mía, amenazas de fusilamiento a quien no le agrade, surrarse por enésima vez (en el Perú) en la Constitución y hacer una a su medida, encajar otorongos frescos a nuestro nuevo Congreso a quienes habrá que apañarles lo que ya les sabemos. Es decir, se repite la historia del 90 y luego de 10 años (¿o más?) nos habrán encajado a otro Montesinos y el Otorongo en fuga se asilará tal vez en Francia que parece ser nuestro nuevo tinte para sacudirnos lo japonés. Visto así, los otorongos están no solo en el Congreso, sino también en las calles y en Palacio, a donde colocaremos a un Gran Otorongo a quien tal vez tengamos que perdonarle una primera dama tentando protagonismo impropio o sobrinos y familiares violando derechos de terceros amparados en el parentesco. En fin, como somos otorongos no hay problema, seguiremos apañándonos entre nosotros, desde palacio hasta el más humilde habitante de este nuestro país.


Carlos Sandoval