Durante toda su vida el Inca Garcilaso trató de unir lo mejor de los dos mundos tan diferentes a los que pertenecía. Nació en el Cusco y su lengua materna fue el quechua (él mismo cuenta que de niño aprendió a manejar los quipus), pero pronto le enseñaron el castellano y el latín. A los quince años ya se desempeñaba como escribiente de su padre, entonces Corregidor y Justicia Mayor del Cusco. En 1560 viajó a España, país en el que radicaría hasta su muerte, y allí llevó durante más de medio siglo la vida de un hombre de letras, dedicado a escribir y a hacer traducciones de obras clásicas, como los Diálogos de amor de León Hebreo. En 1586 inició su obra más importante, los Comentarios Reales de los Incas, amplia narración que abarca toda la historia del Perú, con una primera parte dedicada al pasado prehispánico y la segunda a la conquista y las guerras civiles entre pizarristas y almagristas. La primera parte fue publicada en 1609 y la segunda en 1617, un año después de la muerte del autor, con el discutido título de Historia General del Perú.
Según muchos críticos, esta es la mejor prosa del período colonial en estas tierras. Los Comentarios Reales nos narra las leyendas e historias del mundo prehispánico, la cronología de los hechos y personajes que formaron parte de él con una gran maestría estilística que hace que hoy en día se considere este libro como una obra maestra de nuestra literatura, más que como un libro de crónicas.
Este es un pequeño parrafo donde narra el orgullo de su origen
Libro IX, Capítulo XXXI
“Al hijo de negro y de india, o de indio y de negra, dicen mulato y mulata. A los hijos de éstos llaman cholo; es vocablo de la isla de Barlovento; quiere decir perro, no de los castizos, sino de los muy bellacos gozcones; y los españoles usan de él por infamia y vituperio. A los hijos de español y de india o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en indias, y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación me lo llamo yo a boca llena, y me honro con él”.
Nombres nuevos para nombrar diversas generaciones
“Al hijo de negro y de india, o de indio y de negra, dicen mulato y mulata. A los hijos de éstos llaman cholo; es vocablo de la isla de Barlovento; quiere decir perro, no de los castizos, sino de los muy bellacos gozcones; y los españoles usan de él por infamia y vituperio. A los hijos de español y de india o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en indias, y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación me lo llamo yo a boca llena, y me honro con él”.
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